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Un martes de cualquier invierno viajando por Italia.

Es increíble entrar por primera vez en un lugar que guarda tanta historia cuando  intuyes e imaginas la transformación que se ha producido tras ser abandonado.

Mientras caminábamos entre  escombros y documentos podía escuchar, de la boca de quienes nacieron en esta tierra,  la historia de un pueblo que trabajó allí construyendo aviones caza para la Segunda Guerra Mundial.

Las voces de Colletttivo Fx  acompañaban el sonido del viento entre los rotos, grietas de los muros y ventanas  mientras el sonido de  los pasos de Pablo Ortuño  perseguía con la cámara el silencio y la magia del momento en aquel entorno tan increíble.  Le Reggiane, transformado en una suerte de catedral del arte urbano repleta de murales gigantes que te envuelven.

Esta no era la primera vez que entraba allí pero sí la primera que vez que pude ir a dejar mi granito de arena en este gran mural bajo el cielo de Reggio Emilia.